lunes, 22 de abril de 2019 0 comentarios
Volveremos a encontrarnos,
Y seremos distintos,


Probablemente ajenos.

Seremos un recuerdo, 
Un episodio,
O, tal vez, tiempo perdido.


Retornaremos para ignorar lo que nunca fue, lo que nunca será.

- MN / DL
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Destino

Inexorable trazo sobre el tiempo,

Único en ambigüedades, 

Efímero, intrínseco y real

De ti no se escapa; refugio y soledad.

- M.N (D.L) 
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[De Boolture] ¿Qué hago ahora que no estás conmigo?

Un texto que siempre me gustó:

"¿Qué hago ahora que no estás conmigo?

Me miré al espejo. Las ojeras que tenía eran peores de las que tenía ayer, que ya eran bastante malas. Me acosté tarde después de escribir un buen rato. Traté de leer algo, pero no pude. Apagué la luz. Desperté muchas veces en la noche.


Esperaba poder dormir hasta tarde, todo el día si fuese posible. Pero desperté temprano. Me di vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño de nuevo. Un esfuerzo fútil. Estaba solo.
Solo.
Solo mirando el techo. Pensando. Pensando en llamarla. En mandarle un correo. En decirle que la necesito. Sé que es mala idea, y la descarto por el momento. 
¿Me levanto a hacer ejercicio? ¿A prepararme algo de comer? ¿A trabajar? El último par de días no han sido lo que se dice productivos y podría tratar de ponerme al día. ¿Me levanto a ordenar? ¿Salgo a caminar? ¿A poner algo de música y tratar de despejar mi mente? ¿Me quedo acostado sintiéndome miserable? ¿Voy a verla a su casa a pedirle perdón por milésima vez? ¿A decirle que me falta el aire sin ella? ¿A intentar hacerle creer que este pedazo de ser humano vale más que todas las miserias que la hice pasar? ¿Que no estoy vacío por dentro?...
Pasó un buen rato. Despacio me puse algo de ropa. Encendí el computador, para hacer lo único que me servía en ese momento.
Escribir.
Llorar.
Escribir.
Llorar.
Escribir y llorar y pensar. Repetir las veces que fuese necesario.
Tenía la certeza de que ese sería un largo día."

Últimamente, todos los días han sido largos...

miércoles, 10 de octubre de 2018 0 comentarios

Memoria

He olvidado, 
verte,
besarte, 
escucharte,
acariciarte,
llamarte,
sentirte,

E incluso,
extrañarte,

Y sin embargo, 
no he olvidado quererte.

— M.N. 
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Mudanza

Hay cajas amontonadas, 
Las paredes están recién pintadas,
Claro, 
Tendré que hacer algunas refacciones,
Clavar puntillas, 
Ubicar los muebles, 
Armar la cama, 
Y darme cuenta que no vas a volver. 
— M.N. 
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Hasta el Olvido

Relato a otros nuestros encuentros,

Cuento a otras tus errores,

Siento el tiempo pasar,

Y aún sigues aquí,

No te olvido.

— M.N. 


jueves, 27 de febrero de 2014 0 comentarios

Decadencia: II.

Continuación de La Serie 2014 de escritos.
Está compuesto de dos partes éste capítulo,
Espero lo disfruten.


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Decadencia: II,

"Estoy algo flaco. Pálido. Cansado. Soy solo un cúmulo de frustración, de dolor, una mente llena de recuerdos. Exhausto por la rutina en la que se ha convertido mi vida. La ropa me queda holgada, los pantalones se me caen y las camisas me quedan largas.

Ha llovido. Mucho. Solo puedo pensar en el transporte público, en cada uno de esos buses que con el clima se convierte en una olla. Alientos, calores y enfermedades, todas propagándose, mientras las ventanas se cierran, el oxígeno se contamina y termina el recorrido.

Ayer la vi, y fue algo extraño, una de esas coincidencias extrañas en las que el Universo pone trampas. Era raro verla, pero aún así, me causaba impresión, nervios y claro, ganas. Se bajaba del auto, cerraba la puerta con esa delicadeza perfecta. Se despedía de alguien...
Sus piernas perfectas, su cuerpo ideal bajo esa blusa azul y la falda negra, como me gusta, como la extraño, como la amo. ¿Cuándo comencé a amarla? —me pregunto—, ¡ah! sí, cuando comencé a extrañarla.
El bus arranca, los frenéticos conductores aceleran y ella allí se queda, lejos de mí. Una vez más.

No resistí los nervios, el cuerpo me temblaba, mi mirada estaba turbia, algo extraña. El espejo no miente, amigo y enemigo, que en silencio dice la amarga verdad. No lo aguanté, el estómago y las tripas se me revolvían, su recuerdo me mataba, no paraba de vomitar, una y otra vez, toda la noche, aún así, la extraño.
Me pregunto por ella, se veía tan inmutable como siempre, tan excelsa... Como ansío su cuerpo, sus manos, y sus besos tímidos que estaban cargados de pasión, algunos quedaban marcados, y claro, me daba nostalgia.

La noche se hace eterna, lenta, insoportable, miro la hora a cada rato, escucho el tic-toc-tic-toc-tic-toc... del maldito reloj. Busco el teléfono y pienso en marcarle, tomo el móvil y pienso en escribirle, reviso cada cinco, diez u ocho minutos, a ver si hay alguna señal de ella, pero no, sé que no escribirá, aún así reviso el móvil una vez más.

Quedamos en que almorzaríamos, para hablar, ¿hablar de qué?, no lo sé, simplemente la cité. Tres y veinte. Han pasado algunos minutos. Igual la espero. Siempre se ha demorado, siempre se ha hecho esperar, pero sé que esta vez no vendrá.

La he perdido, no solo a ella, si no a su afecto por mí, la he perdido, no me queda nada que perder ni nada por ganar, simplemente la perdí, simplemente se fue y mañana tendré que verla en la oficina, saludarla como si nada y seguir, una vez más.
Solo me queda esconderme, esconder mi llanto y buscar consuelo en alguien, una esposa normal o una amiga que no pueda amar.
Tal vez me case, tenga una familia y sea un tipo más. Tal vez la olvide. Tal vez trate de estar con ella y a pesar de todo, volver a fracasar..."
 
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Decadencia: I.

Continuación de La Serie 2014 de escritos.
Está compuesto de dos partes éste capítulo,
Espero lo disfruten.


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Decadencia: I,

"Miércoles. Mitad de semana. Una vez más en el transporte público, escuchando a quienes no tuvieron las mismas oportunidades, o simplemente no quisieron progresar, escuchando vendedores, mujeres hablar con novios, maridos, hijos y suegras.
Alguna gente joven llevando el ritmo de la música con sus dedos contra el vidrio, o las barandas llenas de gérmenes y quién sabe cuántas más cochinadas. El transporte público, tan lúgubre, monótono y aburrido, en calles llenas de huecos y trancones.
Una vez más en el transporte público. Una que otra muchacha atractiva de su sube, la admiro, otras simplemente, bellas, pero llenas de indiferencia, da igual, una aventurara con alguna de ellas nunca se dará. Ahora trabajo más lejos. El camino se me hace eterno.
No el de ida, si no, el de vuelta, solo quiero llegar a casa, encontrar todo como estaba, todo en su lugar, las sábanas tal vez distendidas, algún plato sucio, ropa sin lavar y las facturas. No es a eso que quiero llegar a casa. Solo quiero descansar.
El camino se hace más corto recordándola, mientras al fondo suena alguna voz de emisora, optimista y llena de alegría, que se solidariza con la realidad y pone canciones que quieren animar esta maldita ciudad.
La recuerdo. La extraño. ¿La extraño?. Sí, la extraño. ¿Por qué la extraño?, nunca había extrañado de esta manera. Y no la extraño porque esté lejos, o porque ya no pueda verla más. Simplemente la extraño. Recuerdo sus dedos, danzantes, inquietos, algo frágiles pero tiernos.
No la puedo olvidar, pero, ¿por qué?. ¿La quiero olvidar? Ya no lo sé, es más, creo que ya la he olvidado. La veo y mi corazón no se acelera como antes, mi sonrisa no se esboza dominante, mi felicidad a su lado simplemente ya no existe.
Pero entonces, ¿qué extraño? ¿su cuerpo? ¿algún beso furtivo que me tomaba por sorpresa y ablandaba el alma? ¿sus palabras? ¿su constante monólogo sobre si misma en la que yo solo afirmaba o negaba mientras la miraba? tantas cosas que podría extrañar, y no sé ni que es lo que me hace falta de ella...
Será, tal vez, ¿a la que era antes de que yo supiera toda la verdad?, no lo sé, solo voy en el bus, entre calles y carreras, escuchando canciones que de alguna u otra manera relatan mi historia con ella, viendo gente pasar, subir, bajarse, pagar.
Es difícil no pensar en algo diferente a su rostro, o lo que me decía cuando de verdad me quería... La tengo tan cerca, sus labios, su cuerpo, sus palabras, todo, todo tan cerca, pero no lo quiero, porque sé, que si lo intento de nuevo volveré a la cruenta realidad, a recordar sus palabras que solo dejaban sombras entre nuestras almas...
El chofer hace algunas bromas, arranca feo y compite con otro tipo por algún pasajero que vale mil quinientos pesos... Si eso vale la vida de una persona para alguien que sabe que es tener familia, sufrir y llorar, ¿qué seré yo para ella? Que es tan fría, tan indecisa, tan confusa, tan... ella.
La quiero cerca, tal vez mi cuerpo la quiere, mi instinto animal de tener su cuerpo, de escucharla hablarme de sexo, tal vez son mis ganas, de arremeter contra ella, en la cocina, en un ascensor o en algún baño , tal vez es eso, o tal vez, a pesar de todo, la quiero..."

jueves, 20 de febrero de 2014 0 comentarios

El Arresto

 Este es el tercer texto de lo que denomino La Serie 2014 de escritos míos en este Blog, es la continuación de Este y Este, por ende es el tercero, no sé cuántos más vendrán, en todo caso espero que mis lectores lo disfruten.

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EL ARRESTO,

“Me despidieron. Lo esperaba, el tipo nunca fue un jefe flexible, comprensivo sí, pero flexible jamás. ¿Por qué esperaba el despido?, supongo que tardarme los viernes unas cuantas horas más de lo permitido era un motivo suficiente.
En la vida todo es como un dominó, o eso dijo el psicólogo ese, después de que tumbé el escritorio y golpeé al tipo tan fuerte que tuvieron que llamar a la policía. Esa gente de la policía... Pobres, tienen que lidiar con un tipo lleno de ira.
No estoy loco, eso lo tengo claro, simplemente sentía mucha ira, casi una década sirviendo a sus intereses, como cualquier otro, pero ese no era el motivo realmente. Todos sabían que el motivo es (o era, ya no importa), ella.
Desde la secretaria de piernas seductoras, hasta el barrigón de facturación, saben quién es ella y que pasaba cada viernes en el garaje. Ella también me había despedido, digamos despedido, sí, despedido. Tal vez se dio cuenta que no puede amar a tres imbéciles a la vez. Tal vez.
Y también me despidió, (despidió suena extraño, pero decente, algo sutil para todo esto...) porque sintió que la amaba, y que yo no siempre iba a ser el tipo que le servía de idiota útil, de juguete.

Son las nueve. Gracias a la liquidación, llevo un par de semanas levantándome tarde y enviando hojas de vida a cualquier empresa mediocre con un edificio decente, bien ubicado, con cubículos bonitos y un baño privado, que desee contratarme.
Vuelve mi mente a lo de los policías, golpeé al tipo, sí, ya está, como cualquier borracho enfurecido.Ellos con su olor a calle, a noche, a transexuales, a putas y borrachos, me tomaron por los brazos, me esposaron y no musité una sola palabra. En parte el jefe fue comprensivo, también sabía lo que me pasaba. Igual instauró la demanda.
Soy abogado, ¿qué esperaba?, argumenté que fue un momento de intensa ira y dolor, lo justifiqué bajo las innumerables veces que llegué y me tocó esperar afuera o los incontables viernes que me quedé solo, haciendo el papeleo, buscando datos de los clientes... Era un poco injusto, el tipo fue compresivo, pero al final, todo salió bien.
Me mandaron al psicólogo, un psicólogo del Estado, un tipo como yo, pasó por una Universidad, decente además, sufriendo por pagar su carrera para sobrevivir de un empleo que le da el dinero suficiente para no sentirse miserable. Como yo.
Unas cuantas terapias diarias. Listo. Que si quiero unas sesiones extras o suscribirme a una terapia. Pura cortesía. Ya le conté porqué lo hice, porqué golpeé al tipo, tumbé el escritorio y me llevó la policía.
¿La causa?, bueno era más que obvio y ya lo he repetido, Ella.
Se ha vuelto una idea circundante en mi mente, cada día la quería más, cada día la buscaba más, cada día esperaba más de ella, fui ¿inocente?, al creer que me llegaría a querer como yo a ella. Su amor me empalagaba, me hacía sentir como un niño, me recordaba mis mejores días. Sentía que mi vida era excelsa junto a ella. Ya fuera comiendo algo y coqueteándole un poco, o andando juntos por la calle, escuchando sus quejas o ella mis penas...
Era feliz junto a ella. ¿Era feliz?, sí, vaya, lo era. Sonreía al verla, como en el ascensor cuando me besaba y existía esa chispa de pasión inesperada entre el piso octavo el primero... o el Sótano. O cuando nos encontramos, en su apartamento o en el mío, no fueron más de dos veces, por aquello de las apariencias.
Como me gustaba subir detrás de ella, no por verle el trasero y las piernas, no. Simplemente porque podía perseguirla, tomarla por las caderas y besarla en el cuelo, desprenderle las ropas y hacerla mía. Su olor a Victoria's Secret (¿Era Victoria's secret? o alguna de esas fragancias de valor, traídas de otro país?...) Como me encantaba ese olor.
Nunca expresó más que unos cuantos monosílabos, claro, de placer, y algunas veces enloqueció pensando que estaba mal lo que pasaba en ese caluroso momento, pero le gustó. Aunque lo niegue hoy, aunque me cierre la puerta en la cara y con su mirada trate de matarme. Sé que le gustó.
Amé abrirle la puerta de mi diminuto apartamento, era abrirle mi vida, mi corazón, no era solo por sexo, por sentir su piel, o morder suavemente sus senos. No, no era porque ese momento llegaría. Era solamente porque la sentía mía.
Jamás deseé que fuese mi esposa, la escuchaba hablar con ese pobre idiota, y era intensa, sofocante, asfixiante, casi tóxica, pobre hombre, y aún no sabe que no solo lo engañaba conmigo, si no con otro infeliz... Le reclamaba, que los niños, que el dinero de la mucama, que lo había visto saliendo con su ex-esposa... Que, que, que, que, que... Agradecía que no era mi esposa.
Y yo la escuchaba, ahí a mi lado, con su espalda descubierta, con su cabello largo, ahí sentía que le amaba. Se me helaba la sangre en las venas con cada despedida, con cada beso que debía (por cuestión social) darme en la mejilla. Pero más me dolía cuando sabía que no me diría nada.
Unas pocas veces me susurró un te amo, y yo con mi exaltada pasión la abrazaba fuerte y le decía cuánto adoraba escuchar esas palabras. No lo niego, lo disfrutaba, pero sabía que algo había cambiado... Tal vez era uno de los otros dos con quienes compartía su vida, o simplemente se cansó de mí, de que le pidiera que fuera más mía.
Nunca llegué a entender cómo podía querer. Querer, amar, disfrutar... ¿Querer? ¿Amar?, ¿en serio lo hacía?, no lo sé, nunca entendí su forma de querer, amar y disfrutar. Es imposible comprender a una mujer, eso está claro, pero yo quería entenderlo, yo no quería dejarla, pero se fue.

Dos meses en Oaxaca, Michoacán, Nuevo León, y Tijuana. Se iba para México. El grandioso México, el maravilloso y fascinante México. Tal vez vaya a la Riviera Maya y traiga su cuerpo bronceado, con un color mestizo, perfecto, con ese olor bendito de México... Ay México, con tus mariachis, tus minas de plata y tu sangre revolucionaria, Ay México, con un Trotsky muerto y muchos amantes escondidos, Ay México...
Al poco tiempo volvió de allí, era obvio que algo había cambiado, no se me hacía raro que hubiera conocido un buen mozo Mexicano, uno de esos raros espécimenes sin acento y con dotes encantadores que conquistan turistas y luego les sacan un montón de dinero.
No era posible. Había ido con su familia, yo conocía a los pequeños, por casualidad una vez nos encontramos en un festival de películas, no teníamos los mismos gustos en cuanto a cine (realmente en cuanto a nada), pero por esas cosas del ¿destino? nos encontramos, conocí al tipo ese, al del anillo, aunque yo sabía que también la engañaba, era obvio, entre hombres esas cosas son notorias.
Y allí estaban los niños, uno muy parecido a ella, el más grande, un patán completo, como ella. Y la niña, dulce, con esa mirada de su mamá, esa mirada que desde la distancia me indicaba que era —por fin— hora de vernos.
Al poco tiempo de regresar nos encontramos, todo sucedió como esperaba, un encuentro, más normal que los demás, con su piel mestiza, algo brillante, un poco quemada en algunas partes, pero aún así, me encantaba.
Algo ocurría y yo no soportaba la duda. Jamás he soportado la duda. La llamé, le dije que fuéramos a almorzar, que me aceptara, que era una ocasión especial. Le pregunté. Quedó asombrada. Tantas veces que lució inmutable, sería, decidida.
Esta vez la veía con los ojos llenos de desconcierto, de nervios por no dar la respuesta, que ambos sabíamos nos alejaría. Pero su respuesta, como la de cualquier mujer, también me tomó por sorpresa, era la más fácil, la más obvia y el camino más corto "No sé".
No me lo esperaba, para ser franco. Me levanté de la mesa, dejé que ella pagara, recogí el maletín, le di la mano, le agradecí por su respuesta y me fui. Ella no iba a intentar detenerme, porque nunca le importé, porque para ella nunca signifiqué nada, porque a pesar de todo "no éramos nada" porque era más fácil aceptar que nada ocurrió que aceptar los sentimientos encontrados... Ay amor.
Tenía tanta ira, tanta rabia, creo que los carros paraban aunque el semáforo estuviera en verde, era tanta me rabia que atravesé las calles a pasos largos, sosteniendo el maletín con agarradera de cuero con fuerza, la mano se me ampollaba.
Subí. Exhausto. Nadie preguntó nada. Nadie nunca preguntaba nada. A excepción de la clásica pregunta del clima o de qué tal estaba el almuerzo, esas preguntas para pasar el tiempo. El olor era el mismo de todos los días a las dos de la tarde, y más un miércoles.
Por alguna razón los miércoles la gente decide almorzar algo diferente, unos cazuela, otros bandeja, unos más refinados trucha y otros por menos dinero, bagre. Ese olor putrefacto y asqueroso del aliento de cada uno de quienes habíamos almorzado.
El sol entraba fuerte por la ventana, y todos bostezaban, unos que al igual que yo, no soportaban ese hedor, abrían las ventanas, otros se ponían el celular en el oído, imitaban que recibían una llamada, se iban al baño y allí su hedor terminaba.
Mis manos temblaban, estaba nervioso. Ansioso. Escuchaba en mis adentros el maldito, maldito tic-toc-tic-toc del segundero en el reloj que había comprado con un dinero que ella me había dado. Qué miserable me sentía.

Para mis adentros solo se repetían las palabras que había dicho, el "No sé" enardecía mi ira. Sus frases negándolo todo, negando cada momento, negando cada beso, negando cada vez que la vi desnuda y cada vez que me vio sin ropa alguna. Negando lo que sentía. Culpándome de que no supiera que sentía.
Negando todo, una y otra vez, negando cada paso que dábamos en la calle, negando cada vez que tomaba mi mano, negando cada abrazo, cada risa, negando cada te amo. Negando que fui el tipo por el que en algún momento sustituyó a su esposo, a su ejemplar marido.
Culpándome, culpando mi ego, culpando mis sentimientos, culpándome de todo. Culpándome de la respuesta a mi pregunta de si ya no me quería como al principio, como cuando por primera vez estuvimos solos y la vi tan perfecta, tan impasible, como una diosa. Como cuando tocamos la gloria, juntos.
Una tras otra afirmación, negándome y culpándome, todo. Todo. Refugiándose en su viaje, en su profunda reflexión de que el otro idiota y yo ya no valíamos nada. Vaya, qué gran viaje. Qué gran forma de amar.

Llegó el jefe, Fonseca el apellido del hombre, me llamó a la oficina, todos sabían para qué era. Me levanté de la silla, cerré todas las ventanas de Excel, las carpetas con los casos y apagué la pantalla. Entré a la oficina, qué raro, nunca había entrado, jamás me había fijado en esos carritos de colección, o en la vieja vitrola que heredó.
Me senté con calma, las manos me sudaban, las ampollas en la mano derecha me ardían, el pecho me palpitaba tan fuerte que sentía no soportar ser un desgraciado oficinista más. Me dijo, López, aquí está su despido, lo siento, usted ya no es productivo, ha infringido el reglamento y... No soporté la ira, salté sobre él lo golpeé, una y otra, y una y otra y una y otra vez.
Su sangre fluía y los otros ya venían a detenerme, claramente había quienes disfrutaban del escándalo. Para quienes ahora era un héroe, un soldadito de papel que se arriesgaba a atentar contra el poder, el gordo grande de facturación me detuvo, junto con el que estaba dos cubículos adelante mío.
No le había roto la cara, ni los dientes, tan solo un ojo hinchado y un tabique descuadrado, iba a estar bien. Llegó la policía, todo fue como en cualquier caso de violencia, ya lo dije. Tres noches en un CAI, viernes, sábado, domingo. El lunes se llevó a cabo la audiencia. El resto ya lo saben.

Son las diez. Ahora estoy sentado al borde de mi cama, con un dinero extra y otro por pagar, eso quiere decir, como siempre. Todo pasó tan rápido, que lo único que recuerdo, es que, tres minutos antes de saber la respuesta a mi pregunta,
Ella, seguía diciéndome "Te Amo"”

Daniel López (@MisterNadie)
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Fin de Semana

 Este es el segundo texto de la serie que voy escribiendo en este 2014, este se enlaza con el primer texto de la secuencia y que por supuesto tendrá una continuidad con el texto que va después de este, aún no tengo definidos cuantos textos van a integrar la serie, así que espero que mis lectores lo disfruten y estén al pendiente. Un saludo.

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FIN DE SEMANA,

"Comienza el fin de semana, o al menos eso dicen en la radio. Son las cuatro de la mañana, otra vez.
El nudo de la corbata me gusta, creo que refleja el poder de los hombres, incluso cuando se ve desajustado sobre la camisa, descolgado, como si se estuviera rendido, pero es aún más que eso, significa poder. Hago el nudo.
¿Qué hay de desayuno?, siempre pregunto en voz alta, esperando que su voz me responda, entonces recuerdo que está ya lejos, y el eco refleja ello... "¿Qué hay de desayuno?" atraviesa el silencio...
La estación siempre se ve sola, pero hoy, por alguna razón de tantas está aún más sola, hace bastante frio, la gente camina encorvada, con la mirada al piso, sin querer tener contacto con otros, sin querer mirarse entre las pesadas ropas, porque el silencio de las miradas lo hace todo más incómodo.
He decidido coger otra ruta, darle un poco más de comodidad a mi cuerpo, gastar un poco más de tiempo, hacer algo diferente dentro de la interminable rutina. Voy sentado.
Una que otra secretaria o estudiante se sube a esta hora, las faldas con el ruedo alto son tendencia, en especial la de ella, altura mediana, ojos cafes, cabello largo, nada fuera de lo normal. Hasta ahora.
Me doy cuenta de sus piernas, ¡dios! qué piernas más lindas, no son como esas grotescas de botero o las esqueléticas de algunas que consideran eso belleza. Son perfectas, esbeltas, magnas, las medias veladas la hacen más seductora, qué linda falda. Debería subirle más el ruedo.
El tinto en la calle es agradable, siempre está su punto, al igual que todas las otras bebidas que venden en esos frágiles carritos llenos de termos humeantes.
Siempre he pensado que las verdaderas artistas son esas señoras, esas que venden el tinto, el agua aromática y que cuentan las monedas a la débil luz de la madrugada que se combina con esa amarillenta de la calle...
Son perfectas sus medidas, el sabor es exquisito y su espíritu es cordial, incluso algunas van escuchando a los demás desgraciados —que como yo— trabajan en una oficina mediocre que le da un sentido a la trivial vida.
No han abierto el edificio, y el jefe me ve ahí, parado en la puerta, ridículo, como un objeto que espera ser usado, seguramente varios pensarían "El jefe dirá que soy un excelente trabajador, que soy un berraco", pero desde su lujoso carro sé que piensa "miren a ese imbécil, ahí parado, creyendo que eso significará un aumento..."
No considero que el tipo sea un imbécil, o al menos no tanto como los otros, púes de una u otra forma nos tiene a su disposición, a su mano.
Son las 10 de la mañana, es viernes y muchos hablan de sus planes, otros dejan entrever en sus caras que ya desean que sea la hora del almuerzo, para irse a ver con sus amantes o simplemente llenarse de lo que alguna artista de restaurante de esquina, prepara.
Con los años el período entre las 10 de la mañana y las 12 del día se me hace eterno... Estoy ahí, sentado frente a la pantalla, y todo ocurre lento... Los documentos esperan ser revisados y el jefe recibe visitas que no le agradan.Después de todo no es trabajo fácil como la mayoría piensa.
En esas horas algunos textean, otros llaman y otros simplemente se reúnen alrededor de la greca para planear, chismear o solo opinar, para complementar el aburrido ambiente.
Finalmente es la hora del almuerzo, puedo desprenderme de ese maldito papeleo y verla. En el camino al lugar de siempre pienso en que debo parecer algo hostil a los demás oficinistas, hablo con pocos y digo lo justo, sin embargo soy igual de mediocre que ellos.
La distingo entre el resto, siempre reconozco ese pecho, además ese encaje ya está en mis recuerdos más que mi propia clave del banco, en la que por cierto, por estos días no debe descansar ni un peso.
Sabe lo mucho que me gusta ese traje, ese encaje a la altura del pecho, cerca al cuello, es tan irresistible... Se acerca y me da el beso, ese clásico beso que me recuerda que soy solo uno de los tipos que ama. Ambos lo sabemos.
Almorzamos en un sitio agradable, o no, no agradable, realmente no lo es, solo que con su presencia cualquier sitio es bueno. Vamos al sotano, al carro de su padre, un lindo auto que casi le pertenece, que es un regalo. Amo sus besos, su cuerpo, me lleva a lo que puedo considerar el cielo.
Aún así, prefiero hacerle el amor vestida (¿hacerle el amor, o, solo tener grandes faenas de sexo llenas de culpa? Aún no sé como llamar a esos momentos). El vestido la hace más sensual, le da más calor al momento, elimina la culpa. Por fin obtengo lo que quiero, esa satisfacción que me quita los remordimientos.
Vuelvo a la condenada oficina. Es viernes por dios, jefe, ¿quién trabaja en una tarde así? soleada, en día quince del mes y a instantes que usted deposite el dinero en las cuentas, ¿quién trabaja, jefe?.
Unos piden permiso y se marchan con una excusa que consideran buena, pero que hasta el mismo jefe sabe que es solo un pretexto, pero, él es humano, él siente y por supuesto: También se va de putas los viernes. Entiende.
Los casados esperan pacientemente que el reloj marque las seis para irse a sus hogares, algunos miserables, con una esposa que no es la misma después de tener el anillo, otros ansían ver a sus hijos.
Los separados saben que es día quince, no pueden ir a desahogar su desgraciada vida entre copas con extraños en algún bar de mala muerte. Deben recoger a sus hijos, o bueno a los que alguna vez llamaron hijos, que ahora solo son su responsabilidad, unos los llevaran al centro comercial y otros a mercar.
Quienes se quedan solo miran sus celulares, envían mensajes o hacen llamadas, otros dan vueltas por la oficina o entran al baño, otros solo miramos a la pantalla y miramos el buen cuerpo de la secretaria más joven, qué enfermos somos, pero qué linda es ella.
Por fin son las seis, sé que ella no vendrá, no me llamará, aún menos me buscará, porque solo soy su objeto, su juguete, el que la entretiene, como los otros.
El jefe se despide, y yo decido trabajar un poco más, no tener que torturarme el domingo a las cuatro de la tarde sabiendo que tendré que correr a revisar algo que es para el lunes a las nueve.
Son casi las siete, estoy solo, o bueno, no solo, quedan registrados todos mis movimientos en unas cintas que verán después los de seguridad y dirán "pobre tipo, con ganas de ver a su familia y velo ahí trabajando"
Ni si quiera está la señora del aseo, otra que como yo, como todos, está bajo el yugo de este empleo, se habrá ido a ver a sus hijos, pienso, irá en un bus lleno y con ese olor a calle, a inmundicia que tienen los vehículos de Bogotá.
Me despido del tipo de seguridad, pienso en lo aburrido que es su empleo, pero no tanto como el mío, al menos el tiene una que otra emoción imaginando historias de fantasmas que recorren los fríos pasillos de concreto.
De vuelta a casa me doy cuenta que no entiendo su forma de amar, que no logro entender como dice amarme, como ama a tantos. Siento algo de repulsión. Soy parte de su juego.
No es extraña la congestión en cualquier vía, pero al menos voy sentado. Los viernes tomo el bus, es más larga la ruta, pero no quiero llegar tan temprano a casa a darme cuenta de mi vacía vida.
Vuelvo a ella, no puedo odiarla, su cuerpo me inspira, pero sus palabras me hacen sentir miserables, aunque dice que me ama, no logro entender como lo hace, no entiendo como me ama a mí, al otro desgraciado y al pobre tipo que es su esposo.
Siempre me cuenta sus penas, pero me parece tan cínica, tan descarada, que entiendo porqué logra amar a tantos, entiendo como degrada ese maravilloso concepto que es amar.
La llamo. ¿Mañana? no. ¿El domingo? tampoco. ¿El lunes? tiene reunión.
No es mía, tan solo vacío mis hormonas en su cuerpo, tan solo dejo mis besos en su piel, tan solo la beso con amor, para ella no significa nada más que un momento. Para mí, es amor. ¿Es amor?. Eso creo.
Acaba el día, suena la televisión nacional con sus titulares amarillistas y en la calle todo es bulla, extasis, fulgor.
Solo espero quedarme dormido y levantarme tarde, ir al mercado y ver alguna mujer linda, cortejarla. Mantener la mente ocupada, simplemente no puedo entender su forma de amar, me tortura, me acaba.
Es un viernes más."

Daniel López.



¿Quiere saber más sobre mí? : About Me :)
Bonus, 
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10 de Enero.

Los dos textos siguientes a este, son parte de una serie de escritos que he venido desarrollando en este 2014, espero los disfruten, hagan las críticas correspondientes y los compartan para que más gente pueda opinar sobre lo que este humilde servidor escribe.



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10 de Enero de 2014,

"Lunes. Es temprano, no ha salido el sol, la niebla aún no se disipa y el silencio incómodo de una mañana donde la rutina vuelve a comenzar, es evidente.
Estoy al borde de la cama, como todos los días a la misma hora, escuchando las ondas quejumbrosas de una alarma que retumba en mi cabeza, que me recuerda que es tiempo de salir, otra vez. El agua cae en forma de un chorro insípido, el espejo se empaña, y el chorro cae, imperfecto, basto, cálido. Cierro los ojos, y mis pensamientos son claros, son Ella. Recuerdo su mirada amable, tierna, que en largas noches me hizo soñar, que muchas mañanas esperé tener conmigo. Su rostro, su rostro se hace claro, mientras cierro los ojos, entre burbujas de jabón y el agua cálida de ese débil chorro...
Sus labios, rojos, siempre pequeños pero seductores, como quería tenerlos conmigo, como extrañaba tenerlos a centímetros, sabiendo que no podría si quiera rozarlos. La ducha acaba, tomo la toalla, y mis pasos húmedos hacen eco en el infinito silencio de la madrugada. Solo, una madrugada más solo.
Me visto y enciendo la radio, suena música de danza que se combina con los sangrientos titulares de una capital, que aún sin amanecer, ya destila dolor... La música de danza, cómo le gusta, recuerdo. La mesa roja, redonda, con grandes sillas, todas solas, solo una ocupada por mi cuerpo, la cortina tersa, la mañana lejos...
Siento la soledad y busco de nuevo reminiscencias, y allí, la veo, sabiendo que estoy enamorado de un imposible, de algo que no fue, que no será, que solo en mi mente sucederá. Todo listo. Es hora de salir a la gran ciudad, a la gran polis, a respirar, porque ya no vivo, solo respiro cada día más, sin un motivo.
Está oscuro, las lucecitas que hacen lucir a la ciudad como un pesebre, aún están encendidas, sus habitantes dormidos y algunos activos. Busco refugio en esta gran y solitaria ciudad de madrugada. Camino por las calles vacías, paso por puentes de lata que suenan, ya casi inservibles, ya casi quebrados. ¿Por qué la conocí, como debía conocerla, cuándo ya era tarde?, era la única pregunta que me hacía. Amanece mientras voy en lo que algún antiguo describiría como una gran oruga roja.
El sol comienza a salir. Amanece. Y solo espero no cruzarme con ella nunca más, púes, su rostro a la luz del día es tan hermoso que me hace sentir más miserable por perderla. Las bebidas calientes y algunos desayunos humeantes ambientan el despertar de Bogotá. Paso la mañana al lado de una gran ventana, cuestionándome sobre su existencia sin mí. Preguntándome ilusoriamente si piensa en mí. No expreso más palabras que las necesarias, no pienso mucho, soy errático y me siento vacío, aún rodeado de otros humanos, que como yo, sufren, lloran y se hacen diversas preguntas.
Pasa el tiempo, lento, cruel, púes su extensión siempre acaba con mi raciocinio y me conduce al mismo punto, a ella. La tarde cae, el inclemente Astro mayor impacta con toda su fuerza la débil atmósfera de la tierra. Las mujeres dejan entre ver sus escotes, los hombres buscan llevar con estilo sus chaquetas, los niños ansían una paleta, los viejos juegan con monedas... La ciudad se mueve, nada la detiene hasta que lentamente va cayendo la noche, hasta que el frío y la luna lo son todo, entonces los amantes se encuentran, las parejas se besan, unos comen en familia y otros lloran en algún bar.
Es lunes, recuerdo, y vuelvo, a mi hogar, a mi morada, a donde está ella, pero donde tampoco está, me carcomen las ganas de golpear a su puerta, de llamarla, pero recuerdo que amores como el suyo se encuentran en la calle..."

Daniel López.

¿Quiere saber más sobre mí? : About Me :)
domingo, 24 de marzo de 2013 1 comentarios

Un hombre.

Todos los días... cada día,
Se levanta, no importa la hora, mucho menos que día....
Siempre, siempre todo es igual...
Se sienta al borde de su cama y se lamenta... como cada día... todos los días...
Se lamenta el no poder escapar... el seguir allí, en el borde de la cama, todos los días lamentándose...

Va hacia la cocina, por impulso natural , come...
Por que hace ya bastante perdió sus emociones... sus ganas de vivir...
Perdió todo... todo y mas de lo que tenía...
Y el dolor sigue allí, muy dentro de sí, en su pecho... acabando lentamente con su vida...

No hay necesidad de vestirse, «¿Para qué?» se pregunta,
Púes, bien sabe, que no va a salir de allí...
De eso que algún día amó, de eso a lo que algún día llamo hogar...
Se sienta a la mesa, como todos los días, prende el radio... Escucha las mismas noticias que una y otra vez repiten los noticieros amarillistas...
No les presta atención... su mente está en otro lugar... distanciado de la precaria realidad a la que está obligado...

Pasan los minutos, cada mañana, todas las mañanas, lentamente van pasando entre cada bocado, mientras piensa que pudo ser de su vida si hubiera escapado...
Ahora, allí, solo, las lágrimas se derraman sobre la madera...Y se evaporan lentamente, como en su vida se evaporaron los buenos momentos... Todavía le duelen las heridas del pasado, púes su presente, su realidad se lo recuerdan....

Todavía de mañana, —cerca del medio día—, se sienta a la computadora... sin sentimientos, sin emociones, espera... espera perdido en su dolor, en su pena....
Está solo, nadie lo visita, y sus amigos hace años que ya no están en su vida, sus amores fueron un desastre y su familia, toda está bajo la tierra...

Pasa los días frente a la computadora, a leer algo o distraerse... Se siente vacío...
Sus emociones se fueron con su dolor, y ya no sonríe...
Tiene la misma expresión, neutra, seria... hace mucho tiempo no sonríe, no por que no quiera, no, simplemente hace mucho no tiene un motivo, abandonado con lo poco que tiene vive ahogado en sus memorias, en sus lamentos.

Nadie se acuerda de él, ha pasado tanto allí que desde hace mucho a nadie le importa, y mucho menos, nadie lo necesita...
Pasan y pasan las horas... Cae la tarde, a veces gris, a veces soleada, igual le tiene sin cuidado...
Las cortinas siempre están sueltas, poco rayos de luz pasan a sus ojos...
Siempre piensa en cambiar su vida, pero ya es muy tarde, y está solo... No le importó a nadie nunca y mucho menos ahora...

Entre los archivos de su computadora están los recuerdos, las fotos, las líneas que escribía... A veces los lee, a veces los ve, extrañando el pasado... recordando el cruel presente...
Se siente miserable, tanto así que no ve la muerte como una opción,
ya no piensa en nada...

Entra la noche, la música, la triste música que ha sonado todo el día, ahora se hace mas fuerte en el silencio de la noche, en la oscuridad solo ve al cielo, se pregunta si hay alguien allá arriba que lo condenó a su triste vida...

Se siente cansado, —mas—, con su piel palídecida y su débil cuerpo se acuesta... mira al techo y recuerda lo que pudo haber sido su vida...
Pobre hombre, muerto en vida... con el corazón lapidado...

Cierra los ojos y sabe bien que el día siguiente será igual... Como cada día, como todos los días...
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Mister Nadie.

Sobre mí : About Me :)




viernes, 14 de diciembre de 2012 0 comentarios

Poemas Aleatorios I.: ''Recordar es vivir''

Dicen que recordar es vivir,
Púes bien, así es,
Pero si recordar es vivir,
¿Entonces podemos escoger los mejores recuerdos para vivir?,
No, no lo creo,
Por que la vida son millones de momentos...

Si pudiera escoger un recuerdo,
Te escogería a ti,
Sí, a ti,
Eres todo lo bueno,
Lo malo,
Eres la felicidad, el éxtasis, el amor, la esperanza, lo eterno
El dolor, la tristeza, lo efímero, lo real,
Eres verdad, mentira.

Serías el mejor recuerdo, serías una vida.
Una vida que todos quisieran vivir,
Que nadie tiene,
Una vida que se aleja cada vez más.

Recordarte, vivirte, tenerte,
Que cosa más hermosa,
Tesoro de nadie,
Y deseo de todos.

No te pido que seas mi mejor recuerdo,
Ni el peor,
Solo te pido que seas un recuerdo,
Para que al recordar, al vivir,
Jamás me arrepienta de tenerte aquí adentro,
En mis pensamientos.
viernes, 9 de noviembre de 2012 0 comentarios

Nove.

Estás en mis sueños ,
Todo el tiempo lo estás ,
Parece ser que tú recuerdo jamás se difumina ,
Y ya van , nueve , nueve tristes meses,
Recorriendo cada noche las calles ,
Llegando a tu puerta y viendo tu sonrisa,
Subiendo las escaleras ,
Desayunando juntos ,
Riéndonos ,
Sonriendo entre los juegos ,
Disfrutando la música ,
Hablando al oído,
Botando el tiempo al azar ,
Soñando sobre el techo blanco ,
Planeando la vida juntos ,
Besándonos con los rayos del sol sobre los rojizos pómulos.

Parecen ser mil noches ,
y Siempre es el mismo sueño ,
Me despierto ,
Busco tu recuerdo ,
Pero ya no ,
Ya no estás a mi lado,
La madrugada ,
Silenciosa , vigilante , vigoroza,
Me vigila .

Te veo en el cielo azul de la aurora ,
Cada vez que se termina el sueño,
Observo como te vas ,
Como cuando la noche da paso al día,
Miro a mi lado ,
Y ya no estás ,
Te busco en mis recuerdos y sigues allí ,
Pero en mi realidad escapaste de mí.

Salgo a la madrugada ,
Cada noche ,
Todas las noches ,
Y te recuerdo ,
Tu sonrisa de paz infinita,
De alegría perpetúa ,
Como la luz de la mañana ,
Que hace ya un buen tiempo dio paso a mi eterna noche,
Camino con el perro ,
El es grande , y viejo , como mi amor , como mi dolor.

Trato de olvidarte ,
De vivir un nuevo mañana ,
Comenzar de nuevo ,
Ser feliz,
Pero allí estás tú ,
Me haces presa de mis sueños ,
Estás ahí ,
Sin pronunciar palabra ,
Solo tú mirada profunda ,
Tú sonrisa fría,
Y tú figura esbelta,
Allí están ,
Intactas en el sueño ,
En la noche ,
Enloqueciéndome ,
Me haces buscar consuelo ,
Pero hace ya nueve meses ,
Nueve meses,
Que estoy tan solo ...

No sé por que no sales de mi mente ,
Te extraño , esa es la amarga verdad,
Pero ,
Aunque parezca ilógico ,
Te odio ,
Por no regresar ,
No duelen las heridas ,
No tanto como antes ,
Pero desgraciadamente todo me lleva a ti.

Ninguna mujer ,
Ha podido hacer que te olvide ,
Y no es por que te quiera aquí ,
Es por lo que hacíamos juntos ,
Por lo que se quedó en las palabras,
Por lo que nunca volverá.

Y hoy sigo aquí ,
Nueve ,
Nueve meses,
Aún sin poderte hablar.

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Mister Nadie
 
¿Quiere saber más sobre mí? : About Me :)
lunes, 15 de octubre de 2012 0 comentarios

Monólogo al amor de mi vida.

Otro día.

De nuevo gris , en la ciudad de la furia , me levanto y me miro al espejo , despeinado , ojeroso , sin esperanza y con una expresión triste , como siempre , ya desde hace un tiempo esa es mi expresión , viejo sin ganas y hundido en mi dolor.

Una pequeña mirada a la cama , con rencor y algo de odio , hacia la soledad que la inunda y hacia los tristes recuerdos que me trae saber , que cada noche , ¡cada maldita noche! , estoy aquí sin ti , con el frio tan cerca y el infinito silencio que asesina mi alma lentamente , que me hunde en el eterno de dolor de saber que no estás , que jamás estás , maldita soledad.

Y es que amar no es fácil , amar , sufrir , llorar , inclusive , ser feliz no es fácil , nada es fácil , menos cuando te vas , amor mío , amor que no existes , amor de mi vida... ¿dónde estás? , esa es la pregunta al ver frente a mí la silla vacía , las cobijas templadas y el silencio... , me hace falta tú pasión , al parecer olvidé sonreír , púes las lágrimas son la bitácora diaria de mi vida .

Tengo el tiempo , las ganas y el deseo , de cada día al verte , contarte mis historias , volar entre sábanas , soñar juntos mirando el cielo y tomar café viendo desde el balcón la caída de la noche en la ciudad , el naciente sol al oriente , que te sientes y miremos como pasa el día , entre risas , canciones y utopías , pero más que todo , quiero darte mi amor , escuchar tus palabras , verte sonreír y estar feliz al verte despertar.

Quiero ser el que cure tus lágrimas , el que te proteja del dolor , quién te haga sonreír , hacerte feliz. Eres mi utopía , lo único que me ánima a seguir , lo que impulsa las pocas ganas de vivir. Todo el tiempo me pregunto si algún día vendrás , si te podré hacer feliz y más que todo , lo que mas me pregunto es quién eres. Aún no te conozco , tú nombre es la incógnita más grande , tú figura mi imagen más deseada , y tú sonrisa mi anhelo mas grande.

Mujer que visitas mis sueños , que me recuerdas que te espero , de nuevo me pregunto , ¿dónde estás? , ven a mí , ya no resisto más , quita estas nubes negras de mí. Cuanto daría por tenerte a mi lado , sé que andas por ahí , rodando entre calles , seguro con otro amor , y mucho más feliz , pero aún quiero creer que vendrás , siempre te espero , en cada parada de bus , en cada café , en cada función , en cada calle , espero nuestro encuentro , que parece jamás llegar.

Amor mío , quiero despertar un día , y verte a mí lado , para jamás dejarte ir , para tenerte en mí , para viajar , sonreír y vivir contigo , hace mucho te extraño , hace mucho te quiero , hace tanto te espero...

He recorrido toda una vida esperándote , deseándote a mí lado , queriendo besarte y haciéndote feliz  , a veces eres una , a veces muchas... y es que necesito de ti , por que ya la soledad no me deja avanzar más.

No necesito que escuches mi música , que tengas mis mismos gustos , que tengas todo , lo único que necesito es que seas tú , para sentirme tranquilo , para sentirme en paz , para poder disfrutar cada rayo , dedicarte mis versos y mis canciones , ¿Sabes mujer? , solo te espero para ser feli(ces)z.

viernes, 31 de agosto de 2012 0 comentarios

Monólogo a los amores que se van.

Buscando algo de vos , en eso me quedé en la vida , buscando algo de vos , algo , algo que después de aquel día supe que ya no había , y que ya , mejor , no habrá , por que al menos , ya no te busco , ni te quiero encontrar , ¿qué si duele? , duele mucho , pero al mismo ritmo que me dejaste , al mismo ritmo te olvido , tal vez solo tuve la manera para que me quisieras un rato , tal vez el rato en el que estabas sola sin él.

¿Qué por qué te busqué tanto? , tal vez te quería , tal vez me daba de nuevo a ese relativo y maldito juego del amor , pero de nuevo , una vez más , la derrota es mía , la maldita derrota , una vez más , perdido en este juego , en esta apuesta donde creí que me querías y quería darte todo , pero , tenías un As bajo la manga , tus palabras , tan crueles como siempre , tal vez por que nunca haz sentido el dolor de la partida , el dolor del amor , tan desgarradoras y tan asesinas.

Aún busco la respuesta a por que decidiste matarme en vida , o mejor , sin dramatismos , aún me pregunto , si me querías y todavía más pregunto por que tanto , o si llegaste a hacerlo , hay momentos en que me ataca la duda , y tú ahí ignorando mi sufrir , sigues tú senda , dejándome atrás , arruinando las promesas , llevándote las palabras y destrozando mis sueños .

Bien sabías que te quería , que te buscaba , que te escribía , que junto a ti planeaba una vida , pero tal vez fue mi error escogerte como mi amor , pero sabré olvidar mujer , por que ya no soporto tú recuerdo , tu tortuoso recuerdo , que me hace caer en cuenta , una y otra vez , que te perdí , que ya no estás , pareces tinta indeleble , pareces el tatuaje que jamás quise hacerme y que nunca de mi piel caerá.

Me doy por culpable , pero sé que la culpa es de los dos , no pensé en el riesgo y como cualquier adolescente , probé la droga de tú amor , necesité de tú amor y quería que fueras mi vicio , que fueras mi éxtasis , mis mejores momentos , mis más grandes sonrisas y mis sueños cumplidos , pero hoy te vas amor , de hecho ya vas lejos .

Ya no quiero alcanzarte , por que desde hace tiempo me di cuenta que el desamor entró como cualquier cosa entre los dos y que perdimos todo pequeño indicio de amor , pero vete , para que amarrarte , si nunca fue lo que querías , para que preguntarte si ya no te importa , para que seguirte si ya no vales nada.

Eres ese frío que hiela mis entrañas pero que no me asesina , eres ese cruel dolor que no mata pero lastima , ya no eres todo lo que alguna vez quise , por que ahora eres , de lejos , todo lo que me ha destrozado .

Lo triste de todo esto es saber que jamás caminaremos ya por la playa , que no veré como tú esbelta figura entra al mar con una sonrisa , sé que ya no te veré despertar , de verte reír , ni de poder cuidarte , mucho menos de besar tú boca de terciopelo , tampoco de contemplar tú belleza , ni de susurrarte al oído mis palabras .

Ahora que lo pienso bien , siempre estuviste lejos , estuviste tan lejos , que cuando te perdí , ya me habías olvidado.

Sé que no te importa que ya no podamos contemplar el anochecer , ni las tardes con un café , ni las mañanas a punta de besos y caricias , pero bueno , la vida es así , pierdes , ganas , todo es así .

Me faltó mucho por darte , y tal vez me quedé corto en palabras para expresarte tantas cosas , que hoy se van entre el viento , con la brisa del mar y con la luz de la luna...

Pero bueno , ya no importan mis cursilerías , ni las ganas que te tenía , ya nada de eso nos importa , para ser francos , ya solo nos queda el olvido , los pocos recuerdos y el supuesto amor que había.

Mister Nadie.

sábado, 25 de agosto de 2012 1 comentarios

Mit Hass.




Que me quieras o no , ya no me importa .
Que estés aquí o no , ya no me importa.

y Que me importa , si ya no te tengo ,
que importa todo si quieres a otro ,
que importan ya los buenos momentos .

Es una verdad. Una verdad muy amarga el saber , que hoy te marchas.
Pero que importa que te marches , si total ,
Ya no quedaba nada,
Querida , tú , la que alguna vez fuiste dueña de mis besos ,
Hoy me pregunto donde estás.

Pero hasta allí no llega mi curiosidad , me asaltan grandes dudas ,
dudas como saber que tanto recuerdas ,
como saber que sientes ,
dudas como saber si el te genera ese placer infinito que te di yo .

Mi mente busca , en lo más recóndito , en lo más extremo
Una respuesta para tú partida , púes , tus palabras vacías en aquella carta
No dicen nada más que excusas para marcharte con orgullo.

¡Tú! , la que fuiste dueña de mi vida , la que me esclavizaste con tú amor
La que me generó grandes sonrisas , si tú , aún me pregunto
Por que , por que me cambiaste , si te daba felicidad.

Sé que no soy nadie , ahora , comparado con él,
y Que me duele verte , es ahora , otra amarga verdad ,
Pero que más puedo hacer yo , si ya no quedan sueños,
y Mucho menos esperanzas.

Pero ya que importan las palabras , si total , se las lleva el viento,
Y no te escribo esto por que te ame , simplemente escribo para olvidarte.

¿Quién dijo que fue fácil para los dos? , nadie ,
Pero ya que importa , que nos importa ,
que te importa.

Si lo único que nos queda es esta amarga verdad.

Y ya no quiero encontrarte entre mis sueños ,
Ni que habites mis recuerdos.

Lo único que quiero es quitarme tú maldito recuerdo ,
Tú imagen , borrarme tus sueños , olvidar las esperanzas,
Por que eres el agua salada de mi río ,
Eres la maldición de mi suerte ,
Eres mi sarcófago intraquilo.

Y así como algún día caminé contigo por la vereda de al lado
Hoy deseo jamás volver a hacerlo ,
Pero más que ello , deseo ,
No volverte a ver , jamás.

Has sido mi verdad más difícil de pasar ,
Pero solo me falta algo más para digerirte
Y dejarte atrás.

Que verdad tan amarga la que eres en mi vida ,
Por que solo tú y yo sabemos que paso ,
Pero ya solo queda este pobre odio y el desamor.

Que difícil olvidarte , que difícil lidiar con mi maldición ,
Pero hoy se acaban las dudas , por que pienso no verte más
Secar el río , para que no seas más el agua salada que mata mis peces.

Y ojalá algún día te pase lo mismo , por que de nada sirve ser altruista contigo ,
Maldita.

Con el cariño que jamás te tuve , y de todo corazón ,
Te Odio.
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Mister Nadie
¿Quiere saber más sobre mí? : About Me :)

jueves, 2 de agosto de 2012 0 comentarios

Ganas

Tengo ganas de levantarme y verte allí tendida en la cama,  sonriendo para mí,  siendo feliz junto a mí.

De despertarme y observarte,  talvez con shorts o con alguna camisa,  frente a la ventana,  mientras me acerco a ti para besar tu cuello o simplemente abrazarte.

Qué ganas tengo de estar contigo , de compartir tus gustos,  reirnos de los buenos y malos chistes,  de ser tú utopía cada día.

Tengo ganas de que seas mía,  de poder ver tus labios rojos,  tus caderas sexies , contar los lunares de tu espalda, recordar tu sonrisa y lo más bonito de todo,

Verte despertar a mí lado cada día.

AQC.

Mister Nadie.

(Vía android)

martes, 3 de julio de 2012 0 comentarios

Voluntad.




¡Oh voluntad! , mi vieja , mi vieja voluntad , que tanto añoro , que tanto quiero , que tanto necesito hoy…

¡Gran voluntad que me acompañaste , que alguna vez te resististe a morir , que me hiciste resistir a mi muerte ! , ¿dónde estás? , ¿dónde quedaste? , hoy que ya no quiero morir , que quiero vivir , donde estás voluntad…


Que tristeza más grande saber que ya no estás , gran voluntad , tú que hiciste grandes a unos , y que levantaste edificios y a viejos como yo , que nos edificaste para vivir , para ser , vuelve voluntad.


¿Acaso escapaste con mis años mozos? , ó , ¿tan solo moriste con mis sueños?.


Vuelve gran voluntad , que hoy te necesito , que ya no sé donde estás.





Mister Nadie.
sábado, 30 de junio de 2012 1 comentarios

Ser.

Después de casi dos meses sin escribir... presento esto , para que lo disfruten.



Quisiera ser hermético , tan hermético como una habitación blanca , pasiva , tal vez con un loco adentro , pero con paz infinita.

Quisiera ser el viento que va de aquí para allá , sin importar , sin origen , sencillo , fugaz y misterioso.

Quisiera ser ese pez que habita en lo profundo , que poco sale , que poco le importa hacerlo.

Quisiera ser como un campo verde , extenso , azul en el invierno , naranja en el otoño ,amarillo en la primavera y verde en el verano .


¡Que no quisiera ser! ,
Que no quisieramos ser! ,
Pero tan solo somos lo que está , con lo poco o mucho , incluso con lo que queremos , pero , sin duda alguna ,


Quisiera ser todo lo que alguna vez fui. 



Mister Nadie.

 
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